El gato que alguien no quiso alguien lo malcompró -porque yo lo malvendí- y acabó malestampado en algún pijama de mercadillo. Y por las noches se aparecía para llevar de viaje a cualquier otro alguien que ahora lo recuerda y que nunca lo había contado, porque no supo entonces si llamarlo sueño o pesadilla.
jueves, 17 de junio de 2010
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Como me gustaaaaaaaaa...........me encanta esta ilustración.
ResponderEliminarBesitos.